MENSAJE DEL GRAN DRUIDA

Cada día, al alba, el sol Belen extiende su luz sobre el mundo. Todo procede de él. La vida despierta y la Naturaleza canta su gloria.

El ser humano, la criatura más evolucionada del mundo físico de la Tierra - GAEA , debe acoger este nuevo ciclo de un día de adoración en la oración.

Adorar a Dios, al Increado, es igualmente estar en armonía con la Naturaleza y los mundos superiores. ¡Que esta oración sea un canto de amor y que, al alba de este nuevo día, hagamos la promesa de ser mejores en cada acción, cada palabra y cada pensamiento hacia todas las cosas!

Viviendo de acuerdo con la ley del amor de los Druidas, que es la base de nuestro druidismo ancestral, participamos así, de acuerdo con las posibilidades de cada uno, en la gran ley de la evolución, en el plan de nuestro Logo solar, quien a su vez se inscribe de la misma forma en el plan del Logo cósmico, manifestación del Increado. Es gracias a ello que nuestros rituales ejecutados durante las ceremonias nos ayudan a acercarnos al Increado a fin de responder a su llamada.

Nuestro instrumento para destruir los obstáculos ante esta manifestación divina, es el pensamiento común que poseen todas las personas que comparten el mismo ideal, y que en nuestras ceremonias se plasma en la cadena fraternal que clausura nuestros rituales.

Y es en esta era de Acuario cuando podremos contemplar cómo se plasma la Armonía de todas estas concepciones filosóficas gracias a los preceptos druídicos, en la búsqueda del Conocimiento y de la Libertad, y así alcanzar el objetivo de nuestro colegio que consiste en convertir nuestra sociedad en una más justa y fraternal…

Amigos, hermanos y hermanas, nuestro Gran Druida responderá siempre a vuestras llamadas y cuando venga a visitaros y reunirse con vosotros, os aportará el testimonio oral de nuestra Enseñanza iniciática y secreta para los futuros Dignatarios y discípulos, reuniéndonos todos en una gran ceremonia, reflejo de aquellas que todavía se celebran en la Galia y en las otras partes del mundo en las que estamos presentes.

Fraternalmente

René Bouchet, Grand Druide